Estar al tanto de lo que significan estos códigos puede ahorrarnos muchos quebraderos de cabeza y puede servirnos para solucionar posibles errores en nuestra propia web.
Cuando uno navega por la red, ocurren muchas más cosas de las que se ven en la pantalla. Todo lo que introducimos es devuelto en formato de código.
Ocurre que, en ocasiones, la página a la que intenta llegar tiene algún problema y está inaccesible. Es entonces cuando salta un aviso de error, o bien se ha podido caer el servidor de la web, o bien la página ya no está disponible, o bien ha cambiado la dirección, las opciones son muy variadas y se identifican con unos números denominados ‘códigos de estado’.
Estar al tanto de lo que significan estos códigos puede ahorrarnos muchos quebraderos de cabeza y puede servirnos para solucionar posibles errores en nuestra propia web.
No, no se trata de una nomenclatura de gobierno… En este caso, se trata de los números que da un servidor a modo de respuesta cuando recibe una petición HTTP. Si todo va bien, el usuario no percibe ningún número ya que el programa se ejecuta con normalidad, pero si no consigue encontrar lo que se le demanda, el servidor manda un código indicando el error.
Estos códigos tienen tres dígitos y se pueden clasificar de diferentes maneras como son las siguientes:
Por un lado, los códigos de primera y segunda clase no implican error, sino que la información se está procesando y que ha sido exitosa (Código 200).
Con los códigos de tercera clase empiezan los ‘problemas’; En este caso, conlleva una redirección y se devuelve si el documento solicitado está ahora disponible en una dirección diferente.
Salvo que se trate de un problema, estos códigos no se muestran visibles. Para poder verlos es necesario utilizar herramientas, como extensiones del navegador, que permitan monitorizar estos números
Dentro de la cuarta clase se encuentra el que probablemente es el más común de los códigos, como es el ‘404’, una cifra con la que se ha encontrado todo aquel que ha navegado por la red alguna vez. Se muestran cuando la solicitud es defectuosa y no se puede obtener lo que el cliente busca.
Con el cinco al inicio están los códigos que contienen errores del servidor, como puede ser un 500, que implica que hay un error interno del servidor, o un 503 que quiere decir que el servidor no está disponible.
Los códigos de novena clase abarcan tanto los códigos tanto los estandarizados como los de propiedad y el error se atribuye a la red; véase 906 o 950.
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Si tuviéramos que ir uno a uno, este artículo podía ser demasiado extenso para leer por mera curiosidad, así que vamos a focalizarnos en los más comunes.